Habitualmente se considera al estrés como un factor negativo y desagradable, responsable de la mayor parte de los problemas físicos y psicológicos que padecemos, pero eso no es del todo cierto. Cuando una persona se encuentra ante una situación complicada, su organismo se prepara para la acción haciendo uso de sus propios recursos, que le permiten percibir rápidamente que le pasa y decidir que conductas tiene que llevar a término. Así, gracias a estos recursos excepcionales, la persona puede hacer frente a una situación tan extrema como que esté en peligro su propia superviviencia.
Esta respuesta de estrés no es nociva en sí misma, pero supone un desgaste importante para nuestro organismo. Si se produce ocasionalmente no genera problemas, pero si se repite con demasiada frecuencia, intensidad o duración, provocará que el organismo no pueda recuperarse y aparezcan problemas asociados al estrés.
No todas las personas perciben las mismas situaciones como estresantes, ya que depende tanto del contexto como de la forma de encarar los problemas y por lo tanto de los recursos y habilidades que dispongamos para afrontarlos. El estilo de vida es un buen modulador, la profesión, las aficiones, las relaciones sociales, la forma de pensar, las expectativas de una persona ... determinan de manera importante las presiones a las que se verá sometida y por lo tanto a las situaciones estresantes que se le presenten.
Las situaciones que provocan estrés suelen ser las que generan un cambio en la vida cotidiana, aquellas en las que nos falta información sobre como actuar y sobre las que nos es difícil predecir los resultados, aquellas que nos generan incertidumbre y en las que creemos no disponer de las habilidades necesarias para hacerles frente.
La respuesta ante una situación de estrés es un recurso imprescindible del organismo para hacer frente a las demandas que pueden afectarle. Estos recursos posiblemente han sido fundamentales para la supervivencia del ser humano, pero ahora tenemos una serie de problemas por las condiciones de vida que hemos generado, ya que las situaciones de estrés son demasiado frecuentes e intensas y nuestro organismo se ve afectado. Mejorar las condiciones y adaptarnos es, probablemente, es uno de los retos de nuestro tiempo.
